Si te gustan los paisajes que no parecen reales, el Tour 2 será tu escenario ideal durante Ruta de los Pistoleros 2026. Mientras la carrera avanza por rutas de gravel y desierto, tú recorres uno de los circuitos naturales más impresionantes de Bolivia: lagunas altoandinas llenas de aves, rocas esculpidas por el viento y la silueta de un volcán activo marcando el horizonte.
El día suele comenzar con una parada en el famoso Cementerio de Trenes de Uyuni. Es el tipo de lugar que parece pensado para la fotografía: locomotoras abandonadas, estructuras metálicas cubiertas de óxido y rieles perdidos en la arena. Aquí se siente el paso del tiempo y el eco de una época en la que Uyuni era un importante nudo ferroviario. Caminar entre estos gigantes de hierro es caminar también entre historias de progreso, abandono y resistencia.
Desde allí, el camino se abre hacia el Valle de Rocas, una zona donde el viento y los siglos han tallado figuras caprichosas en grandes bloques de piedra. Es fácil jugar a encontrar formas: animales, rostros, torres, puentes naturales. El guía te ayudará a reconocer algunos, pero parte de la magia está en dejar que la imaginación haga su trabajo. Este es un lugar perfecto para quienes aman las fotos diferentes y los paisajes que parecen sacados de otro planeta.
Más adelante, el tour se adentra en la ruta de las lagunas altiplánicas. La Laguna Turquiri y luego las más conocidas Laguna Cañapa y Laguna Hedionda ofrecen tres versiones distintas de un mismo espectáculo: agua, sal, montaña y vida. Ver flamencos rosados alimentándose tranquilos mientras el viento recorre la superficie del agua es una experiencia que se queda en la memoria. A menudo se pueden observar tres especies diferentes de flamencos, junto con otras aves altoandinas y, con suerte, vicuñas en las orillas.
Uno de los momentos más especiales es el paso por el mirador del volcán Ollagüe, un volcán activo en la frontera entre Bolivia y Chile. Desde la distancia se puede distinguir su fumarola, una columna blanca que delata la actividad interna del coloso. No se trata de una visita técnica, sino contemplativa: el tipo de lugar en el que te quedas en silencio mirando, intentando dimensionar la escala del paisaje.
Durante el día, el grupo hace una pausa para un almuerzo en ruta, normalmente en algún punto reparado del viento con vista a las lagunas o al valle. Es un momento ideal para conversar con otros acompañantes, intercambiar impresiones y compartir fotos de esos “wow moments” que el paisaje va regalando.
En el camino de regreso, la ruta suele pasar por la población de San Cristóbal, un pueblo minero moderno que contrasta con los escenarios salvajes del resto del día. Es una muestra de cómo la minería actual también moldea el territorio y la vida de las comunidades.
Este tour es perfecto si te emociona la fotografía de naturaleza, si amas los cielos inmensos y si disfrutas esos lugares donde el silencio y el viento lo son todo. No hace falta ser deportista para enamorarse de este altiplano: basta con tener curiosidad, una buena chaqueta y la cámara lista.