El salar más grande del mundo
Con más de 10.000 km² de extensión, el Salar de Uyuni no es solo el mayor desierto de sal del planeta: es también un espejo natural que refleja el cielo y convierte cada paso en una experiencia surreal. Para los ciclistas de gravel, significa rodar en un terreno plano pero exigente, donde la inmensidad y el viento son rivales silenciosos.
Escenario de película
Este paisaje ha sido comparado con la superficie de Marte o con un océano sólido. No es casual que películas como Star Wars: The Last Jedi o Blackthorn hayan elegido al salar como escenario. En “La Ruta de los Pistoleros”, los ciclistas serán protagonistas de su propia película: una fuga moderna que combina polvo, sal y resistencia.
Entre volcanes y horizontes infinitos
El volcán Tunupa, con sus colores ocres y rojizos, vigila desde el norte como guardián eterno del salar. Su silueta acompaña a los corredores durante la etapa reina, cuando cruzan kilómetros interminables de blanco deslumbrante. Pedalear aquí es un ejercicio de fortaleza mental: el horizonte parece nunca llegar, pero cada giro de biela acerca a la meta.
Más que deporte: un viaje cultural
El salar es también territorio sagrado para comunidades locales. La leyenda de la diosa Tunupa explica la creación de este mar de sal como lágrimas derramadas. Esa conexión cultural se entrelaza con la historia de Butch Cassidy y Sundance Kid, forajidos que alguna vez cabalgaron por estas tierras. El resultado: una experiencia que trasciende lo deportivo y se convierte en un viaje por mito, geología y cultura viva.
El reto del desierto blanco
La etapa más larga de la carrera —más de 115 km atravesando el salar— simboliza la “Gran Fuga”. Aquí no hay escondites: solo el ciclista, su bicicleta y la vastedad infinita. Un lugar donde cada pedalada se transforma en conquista y cada corredor escribe su propia página en la leyenda del altiplano.






